sábado, junio 16, 2007

NICOLAS SARKOZY, O LA ESTUPIDEZ DE UN PRESIDENTE


Carlos BENÍTEZ VILLODRES

Escritor, poeta, periodista, crítico literario
Cónsul, en Málaga, del Movimiento POETAS DEL MUNDO


Si yo hubiese sido ciudadano francés, no hubiese votado el 6 de mayo de 2007 a Nicolas Sarkozy, como presidente de Francia, pero como soy español, lo cual me hace gozar continuamente y me honra hasta el infinito, respeto, obviamente, la decisión de la mayoría del pueblo francés. Mayoría esta que prontamente se arrepentirá de tener a este hombre conservador e “imperialista”, como presidente de la V República, desde el 16 de mayo, con François Fillon, como Primer Ministro.
Sólo lleva un mes en el Palacio del Elíseo este político contradictorio y acomplejado, perteneciente a la derecha “dura” francesa, y de la misma calaña de George W. Bush, de Tony Blair, de José M.ª Aznar…, y ya está animando al primer ministro británico, Tony Blair, de 54 años, para que se convierta en el primer presidente de la Unión Europea (UE), un cargo que se creará en el nuevo Tratado simplificado cuyas grandes líneas la presidencia alemana quiere aprobar en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que se celebra en Bruselas los días 21 y 22 de junio. Quizás ignore “el terrible” Sarkozy es que el reparto de cargos no forma parte de las negociaciones del nuevo Tratado simplificado.
Sin embargo, los servicios del primer ministro británico han minimizado esta información, ya que Blair no desea ocupar un puesto político de alto rango después del 27 de junio, fecha en la que se retirará tras diez años de mantenerse en el poder, cediendo el testigo a Gordon Brown.
Sarkozy está haciendo una campaña ante sus homólogos europeos a favor de Blair. Citando a fuentes diplomáticas alemanas, el periódico “Financial Times” precisa que el presidente francés ha presentado y discutido su plan con la canciller Angela Merkel, que detenta actualmente la presidencia de turno de la UE, y con los ministros de Asuntos Exteriores de otros países de la UE, entre los que se encuentra el español Ángel Moratinos, durante los contactos preparatorios del Consejo Europeo.
Ya puede dialogar y discutir Sarkozy todo cuanto quiera, con delegados de gobiernos de la UE, sobre la candidatura de Blair, que tiene la partida perdida antes de comenzarla. ¿Por qué? Porque el proyecto de Sarkozy es inviable, ya que genera bastante oposición en la UE sobre todo por el apoyo de Blair a la guerra de Irak, pero también por su total incapacidad para hacer que el Reino Unido entre en el euro. Según una encuesta de FT/Harris, el 74% de los alemanes, el 70% de los británicos, y el 63% de los franceses consideran que el primer ministro británico no sería adecuado para dicho trabajo. Para este estudio estadístico los españoles, los italianos, los holandeses, los belgas, etc., etc. no fueron encuestados, porque para esos tres países de la 1.ª División de la UE, las demás naciones son cardos borriqueros.
Otros candidatos que se barajan para el puesto de presidente de la UE son el primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, y su homólogo irlandés, Bertie Ahern. La información da por seguro que el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, renovará otros cinco años en su cargo y señala que él y Blair se entenderían muy bien al frente de la UE porque comparten una misma visión de los problemas comunitarios, son atlantistas y participaron en la cumbre de las Azores previa a la guerra de Irak.
Durao Barroso debe tener la cara como el hormigón, ya que permaneció impasible, es decir, no la perdió ni la ocultó de vergüenza, tras echar a volar esas ideas propias de los lameculos y quitamotas, de los cantamañanas y barriobajeros… Francamente tenía otro concepto de este político portugués.
Para que lo tengan claro Nicolas Sarkozy, Angela Merkel, Durao Barroso, Gordon Brown y demás políticos de la UE les refrescaré la memoria, refiriéndoles que el presidente de la UE, según se define en la Constitución Europea, será elegido por el Consejo Europeo por mayoría cualificada por dos años y medio renovables una sola vez. No podrá ejercer ningún mandato nacional y tendrá como funciones presidir las cumbres y asumir funciones de representación en el exterior.
Concluyo este artículo con otro recordatorio a los gobernantes de todos los países del mundo. Los Estados que redactaron el Estatuto de Roma reafirmaron que los crímenes de lesa humanidad pueden cometerse en tiempo de paz o durante conflictos armados. Aunque los Tribunales de Nuremberg y Tokio limitaron su competencia respecto de los crímenes de lesa humanidad a los cometidos durante la Segunda Guerra Mundial, posteriores instrumentos internacionales, jurisprudencia y análisis eruditos han puesto claramente de manifiesto que no es necesario que el acto se cometa durante un conflicto armado para que constituya un crimen de lesa humanidad.
No me extrañaría nada que “el trío de las Azores” sea acusado de crímenes de lesa humanidad. Ya sabemos todos, de sobra, las causas que pueden originar que este “trío” se siente un día no muy lejano en el banquillo de los acusados.

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